miércoles, 10 de agosto de 2011
El amor en las manos de una madre
Hemos creído conveniente separar un espacio de este blog para dedicárselo a las madres, aquellas abnegadas personas que en lo único que piensan es en el bienestar de su familia haciendo todo lo posible para lograrlo. Sin embargo, no todas las madres son realmente verdaderas mujeres como para merecer tan grande bendición, la de tener a una criatura en su vientre, lo que es la manifestación del amor de Dios para con ellas. Algunas por circunstancias diversas piensan que es una tarea imposible de realizar, pero no se dan cuenta que si es una bendición de Dios traer al mundo a alguien, entonces será una bendición para ellas, debiendo cumplir sus responsabilidades con amor, dedicación y sobre todo teniendo mucha fe en él.
Si tienes una madre o a una mujer que hizo de tu madre, y ves que está fatigada por haberte criado a ti a tus demás hermanos, trata de compensar ese sacrificio, sacrificándote tú por ella durante el resto de vida que le quede, ¿no te parece justo?.
Si tienes una madre o a una mujer que hizo de tu madre, y ves que está fatigada por haberte criado a ti a tus demás hermanos, trata de compensar ese sacrificio, sacrificándote tú por ella durante el resto de vida que le quede, ¿no te parece justo?.
EL AMOR EN LAS MANOS DE UNA MADRE
Es amor verdadero sin límites
brindado incondicionalmente al fruto de su vientre,
y jamás hubo persona más importante.
Su vida ya no es suya
es dedicada de íntegro
al cuidado de este nuevo ser.
Cuando hay problemas
sólo busca solucionarlos en función
de estos maravillosos seres.
Cambia su vida para volverse protectora,
no dejando escapar ningún detalle
en beneficio de los suyos.
Cuando mira hacia el horizonte
sólo cree ver el porvenir de su familia.
Imagina a sus hijos realizados,
siendo esa su máxima satisfacción
añorando un día verlos
hechos dueños de sus propias vidas.
Todas las madres aman a sus hijos,
pero no todas son capaces
de demostrar tan grande amor.
Unas lo hacen inteligentemente, según ellas,
otras sobreestiman, las más hogareñas quizás,
y algunas tal vez
ni se su maternidad se han dado cuenta.
Pero también tenemos un padre
el Todopoderoso Creador
del cielo y la Tierra,
y qué más muestra de su amor
que la bendición de una madre.
Y si nos atrevemos a dudar de él,
tan sólo miremos el rostro de estas preciosas mujeres
y abrasémoslas con todo nuestro amor,
percibirán uno de los sentimientos
más puros que hayan existido.
Pero la necedad de creer
en la no existencia del Omnipotente
por la ausencia de tan idóneo cariño,
hace que se pierda ese sabor maravilloso
que se tiene cuando uno es amado.
Y siendo el amor
el sentimiento capaz de transformarlo todo,
aquellos cuyo padecimiento es grave,
intenten sanarse
simplemente practicándolo.
Cada día muchas mujeres se convierten en madres,
y sin saber a quién llevan dentro
únicamente se dedican vivir su vida de mujeres.
Más las verdaderas mujeres con carácter,
saben a qué es lo que se enfrentan,
y ya habiendo planificado de antemano
lo necesario para afrontar cualquier dificultad
sólo esperan con paciencia de madres
el transcurrir del crecimiento de sus hijos.
Pues estarán listas para ayudarlos a crecer,
a resolver sus problemas
a corregir sus errores y equivocaciones
y siempre estarán listas para llevarlos
hacia el éxito.
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